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sábado, 2 de febrero de 2013

CAPÍTULO 16, SARA…

         Antes de hacer nada de lo que me pudiese arrepentir, decidí llamar a Sara. Ella sabía lo que había pasado, lo había sufrido. Me dijo que me pasase por su casa y que se cambiaría mientras hablábamos y tomábamos algo.
         Mientras caminaba hacia su casa situada en una de las calles del centro, empecé a pensar qué sería lo que me depararía el destino en la dirección que estaba apuntada en la nota que había encontrado en el ramo de flores de la habitación de mi hermana. Casi sin darme cuenta llegué al portal de la casa de Sara. Llamé a su piso, el 7º, y alguien me abrió. Cuando llegué a la puerta del piso que compartía con sus padres y su hermano mayor, una señora que de sobra conocía me abrió la puerta y me acompañó hasta el salón donde se encontraba Sara.
         No esperamos a que Amelia, que así se llamaba la asistenta, saliese de la habitación para empezar a abrazarnos como si hiciese 10 años que no nos veíamos. Debimos de estar así unos tres minutos, abrazándonos y llorando sin parar. Cuando logramos calmarnos empezamos a reírnos a carcajadas y cuando por fin estuvimos completamente tranquilas empezó nuestra conversación.
-¿Qué tal por Nueva York?-Dijo con una sonrisilla un tanto traviesa.-Me ha dicho una pajarillo que ya tienes novio y todo.
-Pues la verdad es que la ciudad es asombrosa. Y sí, ya tengo novio. Es un cielo, lo quiero un montón. Si quiere un día te lo presento, hemos venido los dos a Madrid, dijo que quería apoyarme después de lo ocurrido.-Dije mientras la sonrisa que tenía dibujada debido a las carcajadas que nos habíamos echado desaparecía de mi rostro.
-Miriam voy a ser directa y, sobre todo, sincera. Creo que necesitas saber algo y si yo fuese tú querría saberlo.-Dijo después de meditar un rato las palabras exactas que tenía que utilizar.
-Está bien, dispara. Sea lo que sea no creo que sea peor que por todo lo que tenido que pasar estos días, así que creo que lo aguantaré.-Dije con un tono de voz que me hacía parecer más segura.
-Está bien…Creo que Bianca no tuvo ese accidente de manera casual. No, no lo creo. Estoy segura. Yo…, ella estaba muy rara últimamente, tanto que le pregunté si le pasaba algo, si estaba preocupada, triste, cualquier cosa que me pudiera indicar qué era lo que le pasaba. Pero no me contestó, se limitó única y exclusivamente a darme una cosa. Cuando me la dio sus palabras textuales fueron:”Dáselo a Miriam, ella sabrá qué hacer”. Ésas fueron las últimas palabras que me dijo antes de que pasara lo que pasó. Yo…, iba a llamarte esta noche para invitarte a cenar y entregarte lo que me dio Bianca para ti.-Después de decir esto comenzó a llorar, pero esta vez no eran lágrimas de alegría sino de todo lo contrario: Eran lágrimas de una tristeza inimaginable.
-Vale, necesito que hagas algo por mí y por Bianca, ¿crees que podrás?-Dije cuando noté que dejaba de llorar.
-Sí, por supuesto. Haré todo lo que esté en mi mano para  ayudaros.
-Aunque me duela cada palabra que vayas a decir con la historia que te voy a pedir que me cuentes, necesito que lo hagas y, sobre todo, que me cuentes todo, absolutamente todo lo que pasó esa noche. La noche del accidente. Aunque antes me gustaría que me dieses lo que mi hermana quería que me entregases.
-Sí, por supuesto. Ahora vuelvo.-Y diciendo esto se levantó del sofá en el cual estábamos sentadas y se dirigió hacia su habitación.
Al cabo de unos segundos volvió a aparecer en el salón con algo en la mano. Parecía una especie de baúl. Cuando Sara colocó la especie de cajita con un pequeño candado en mis rodillas, recordé que se lo había regalado Sergio a Bianca cuando habían empezado a salir y las cosas aún iban bastante bien. También recordé que era el único secreto que tenía conmigo porque nunca, jamás, me dejó abrirlo. Yo me moría por descubrir qué era lo que guardaba en su interior, pero jamás lo hice por miedo a que eso nos separase.

-¿Estás bien Miriam?-Dijo Sara sacándome de mis pensamientos con una vocecilla tímida que yo nunca había conocido.
-Oh, sí, sí. Es sólo que esta cajita me trae muchos recuerdos- Le contesté a la vez que trataba de que unas lagrimillas que se querían asomar por mis ojos no lo consiguieran.-Bueno, cuando quieras puedes empezar con tu relato.
-Está bien, pero te aviso de que no va a ser nada fácil ni contarte el relato de cómo sucedió y, menos aún, de escuchar y asimilar todas mis palabras.
 `Estábamos en una fiesta en la casa de una amiga a las afueras de Madrid. Era tarde y Bianca ya se quería ir, así que nos fuimos todos los de la pandilla con ella porque la verdad es que menos tu hermana estábamos todos bastante perjudicados. Antes de montarnos en el coche le pregunté a Bianca si le pasaba algo, ya te dije antes que estaba un poco rara, pero en vez de contestarme se limitó a decirme que, posiblemente, nunca llegaría a explicarme qué era lo que pasaba no porque no quisiese sino más bien, dijo, que “por falta de tiempo”. Simplemente se quedó pensativa durante unos segundos y me dio la caja que tienes en tus rodillas y me dijo:”Dáselo a Miriam, ella sabrá qué hacer”.  Después me dijo que tenía que guardarlo en un lugar seguro y que debía protegerlo como si fuese el tesoro más bonito y valioso que nunca llegaría a tener. No sé por qué me tomé sus palabras muy en serio, así que decidí guardar el cofre en el maletero de mi choche, como sabes tiene un departamento “secreto” donde guardo el chaleco reflectante y una rueda de repuesto, le hice un sitio y lo oculté allí.
         Ella iba al volante cuando pasó, yo iba detrás de ella. Cuando vi cómo ese coche se dirigía hacia nosotros la miré a través del espejo del coche y, aunque te parezca raro, se limitó a asentir a la vez que cerraba los ojos y se tapaba la cara con las manos para que el impacto fuese menos doloroso.

         El coche quedó completamente deformado en la parte delantera debido al impacto. A mí no me pasó nada grave, tan sólo unas cuantas heridas y moratones. Aunque parezca increíble en cuanto llegué a la conclusión de que lo peor ya había pasado, lo primero que hice fue salir del coche y coger del departamento “secreto” del maletero el pequeño cofre, inmediatamente después, opté por meterlo en mi bolso y no contarle a nadie las palabras que tuvo Bianca conmigo antes del accidente y, menos aún, lo que me había entregado. Bueno, a nadie menos a ti, claro.
-Está bien. Quiero que me ayudes.-Dije después de haber escuchado todo el relato y de haber meditado qué era lo que debía hacer, si tirar la toalla y pensar que el accidente había sido cosa del destino o si continuar hasta averiguar qué fue lo que pasó en realidad y, sobre todo, saber por qué a ella y no a otra persona. Después de pensarlo durante unos minutos que se me hicieron interminables, opté por la segunda opción.
-¿Ayudarte?, ¿en qué? – Dijo Sara a modo de respuesta.
-Antes dijiste que nos ayudarías a Bianca y a mí en lo que hiciese falta. Bien, pues te necesito ahora. Eres la única persona que me puede ayudar en este momento y la única oportunidad que tengo de saber qué fue lo que le pasó a mi hermana, por favor Sara. Te necesito.-Dije mientras la primera lágrima empezaba a bajar por mi mejilla.
-Cuenta conmigo para lo que sea. Sabes que lo haré, siempre y cuando me sea posible.-Dijo con una sonrisa que logró calmarme del todo.
-Está bien necesito que me dejes un coche.
-Vale, eso puedo conseguirlo fácilmente. ¿Puedo preguntar a dónde se supone que vamos a ir con el coche?
-¿Vamos? No hace falta que me acompañes.
-Sí, vamos. No pienso dejar que vayas por ahí tú sola Dios sabe a dónde.-Dijo a la vez que se levantaba del sofá y se dirigía a su habitación a arreglarse.
-Bueno, está bien. Vendrás conmigo pero a cambio necesito que me des la llave para poder abrir la cerradura de la caja.
-¿La llave? Bianca sólo me dio el baúl y no mencionó nada de ninguna llave, supondría que tú sabrías qué hacer.
-Aunque te parezca mentira creo que sí que sé qué es lo que debo hacer. Vamos.-Dije a la vez que me levantaba, cogía mi bolso y secaba las últimas lágrimas que habían resbalado por mi mejilla.
         Tuve que esperar dos minutos a que Sara cogiese todas sus cosas, entre las que estaban las llaves del coche que nos llevaría al lugar que, posiblemente, cambiaría mi vida para siempre.

8 comentarios:

  1. l madre!! que está pasando con bianca?? no sera el chico guapo de la foto???? cuelga prontoo

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    1. Bueno mas bien lo que le pasó, porque por ese accidente es por lo que está en coma, pero no te preocupes que nuestra protagonosta conseguirá saber por qué le pasó a su hermana y no a otra persona :)

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  2. impresionante... francamente impresionante, por cierto de donde sacaste las fotos?

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    1. Gracias por decir que es impresionante ;). Pues las fotos las saqué de internet jaja

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  3. me encanta , que pasara con la caja , cuelga pronto...

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    1. Ya se verá dentro de uno o dos capítulos no te preocupes :)

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  4. Guuuuuaaauuuuuu!!!!!
    que manera de escribir
    me encanta como te expresas y decribes la tremenda historia que estas relatando!!!!!

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    1. Ohhhh, gracias!!!! Pues sinceramente me encanta tu comentario porque me gusta mucho que comentéis y, sobre todo, que deis vuestra opinión porque la valoro mucho, pero lo que más me ha gustado es que te encante tanto mi historia ;). En serio muchas gracias por el comentario, un beso bien grande guapa!!!

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