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jueves, 17 de enero de 2013

CAPÍTULO 11, ¿PREPARADA?



         Estaba ensimismada mirando las notitas cuando una musiquita logró sacarme de mis pensamientos, procedía de mi móvil, concretamente era la música que sonaba cuando recibía un mensaje. Me dirigí rápidamente a la mesa en la cual estaba situado mi bolso, cogí el móvil y comencé a leer el mensaje. Era de Nick y decía que fuese a una cafetería situada en la calle Serrano. Inmediatamente después de leer el mensaje guardé las notas en mi bolso y me terminé de arreglar ya que con la emoción del leerlas no me había terminado de vestir y, menos aún, de maquillar.
         Salí de la habitación justo después de haberme puesto mis tacones favoritos, los primeros que tuve, mientras lo hacía recordé cómo los había conseguido.
Me los había regalado una de las personas más importantes en mi vida en el día de mi 18 cumpleaños. Me los había regalado Bianca, era casi mi alma gemela, nos llevamos un año de diferencia que casi no se notaba por lo bien que nos complementábamos y cómo nos queríamos. Nuestra relación era perfecta hasta que el destino quiso que eso cambiara. Nos habíamos hecho daño muchas veces, pero siempre nos habíamos reconciliado. Hasta ese momento. Nos hicimos tantas heridas que nunca llegamos a pedirnos perdón y, lo peor de todo, nuestras vidas se habían separado. Pero estaba segura de que ella me seguía queriendo y de que me había perdonado, al igual que yo a ella.
Estaba tan concentrada pensando en todas las cosas que tenía que resolver aprovechando mi estancia en Madrid, que no me di cuenta de que había llegado a la cafetería en la que había quedado con Nick para desayunar, hasta que una voz conocida consiguió que dejase a un lado todos mis pensamientos.
-¿Quién soy?- susurró Nick en mi oído.
-Eres la persona con la que comparto todos los momentos buenos y malos de mi vida y que por suerte sabe estar a mi lado cuando más lo necesito, ayudándome a tomar las decisiones más difíciles y, por supuesto, apoyándome en todo momento.-Le dije mientras me giraba y le regalaba una sonrisa llena de amor y ternura.-
-Dios, cuánto te quiero.- Dijo mientras con sus manos sujetaba mi cara con delicadeza.-Por eso me enamoré de ti.
-Yo también te quiero.-Dije mientras se acercaba lentamente hacia mis labios y me besaba con ternura.
         Llevaba casi un día entero sin comer, por lo que desayuné como nunca lo había hecho antes. Nick y yo hablamos de nada y a la vez de todo, de cosas sin importancia pero que abarcaban una gran variedad de temas, hasta que llegó el momento decisivo. Sabía que se había pasado la noche pensando en qué era lo que me debía decir ya que, aunque a ojos ajenos fuese una conversación normal, a los míos hablaba de forma casi antinatural, como si hubiese hecho un guión y luego lo hubiese estudiado palabra por palabra.
-¿Crees que estás preparada?,-dijo tragando saliva como si con ello lograse coger carrerilla y decirlo todo de un tirón-pienso que antes de entrar en ese hospital deberías pensar en ello. Es un momento duro, sí, seguramente el momento más duro al que te hayas tenido que enfrentar y seguramente el más difícil al que jamás te tendrás que enfrentar. Pero antes de responder a mi pregunta piensa sobre lo que te voy a decir a continuación porque creo que será lo mejor.  Creo que para decidir si estás o no preparada antes tendrías que pensar que éste va a ser un duro golpe para ti, ya que verla en ese estado no es nada agradable, sobre todo si se trata de un ser querido, pero ten siempre en cuenta que para asumirlo siempre, pase lo que pase, contarás con mi ayuda, cariño y comprensión.-Dijo soltando el poco aire que le quedaba en sus pulmones, aliviado.
-Sí, estoy preparada.-Dije después de pensar en toda la razón que tenían las palabras de Nick- Supongo que para estas cosas nadie nace preparado, sólo hay que aprender a mentalizarse y yo ya lo he hecho. Sé que lo que me encontraré en el hospital no será nada agradable, pero yo la quiero y siempre me he jurado a mí misma que estaría con ella en todos los momentos, no sólo en los buenos sino también en los malos. Por desgracia éste es el peor de todos con diferencia, pero lo único que puedo hacer es mirar hacia delante y seguir caminando, posiblemente me caeré muchas veces pero si consigo levantarme todas esas veces en las que no me queden fuerzas para volver a levantarme, lograré superar y afrontar todos los problemas que se me presenten y, sobre todo, pase lo que pase sólo daré un paso atrás para coger impulso.-Dije convencida de todas las palabras que acababa de soltar en mi emotivo discurso.
-Está bien, es tu decisión y estamos juntos en ella.-Dijo cogiéndome la mano.-Creo que ya es hora de irnos hacia el hospital.
-Está bien, voy a llamar a mis padres para decirles que vamos para allá.-Dije a la vez que me levantaba, cogía mi bolso, le daba un fugaz beso a Nick en los labios y me dirigía a la puerta.
         La conversación con mis padres fue bastante breve. Sólo les dije lo imprescindible: que habíamos llegado a Madrid de madrugada y que en cuestión de media hora pasaríamos por el hospital. Mientras hablaba con ellos me fijé en que Nick también estaba hablando por teléfono y parecía alterado, en ese momento no le di mayor importancia pero con el paso de las horas fui notando que estaba nervioso y raro. Cuando colgué, Nick estaba saliendo de la cafetería en la cual habíamos desayunado. Mientras comenzábamos a caminar hacia una parada e taxi saqué a Berry de mi bolso para que estirase un poco sus pequeñas patitas.
         Abrí los ojos con el frenazo. Estaba metida en un coche, concretamente en el taxi que nos había llevado hasta el hospital. Miré por la ventanilla y vi que el cielo se había puesto de un color grisáceo, como si estuviera a punto de llover. Ordené todos mis pensamientos, resoplé como si quisiera coger fuerzas para todo lo que me deparaba el destino y abrí la puerta del coche. Con paso seguro me dirigí a la puerta del hospital,  me detuve un momento para preguntarme a mí misma si estaba haciendo lo correcto y llegué a la conclusión de que era lo mejor que podía hacer. Me despedí de Nick y de Berry, que se quedaron fuera, y entré en el edificio. Me dirigí hacia recepción y le pregunté a la mujer que me atendió en qué habitación estaba ella, muy amable me contestó que en la número 94. Después de internarme en los pasillos del hospital durante un rato que se me hizo eterno, allí estaba, la puerta de la habitación número 94. Estaba en frente de ella, solté todo el aire que tenía en mis pulmones con un resoplido y, finalmente, agarré el pomo con decisión para abrir la puerta sin saber qué era lo que me encontraría al traspasarla y menos aún si sería capaz de superarlo algún día.




4 comentarios:

  1. Fantastic!!!! Aunque eso ya lo sabex

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    1. Bueno jeje racias por pensar eso, pero yo no se si es fantastica o no eso lo teneis que opinar vostros!! Gracias por comentar y por leer bikos!!;)

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  2. Quien coño es el del hospital ? Y con quien habla nick?

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